martes, 27 de octubre de 2009

SIN OTOÑO NO HAY PRIMAVERA


Neuquén (Hijos Alto Valle).- Otoño fue desaparecida en democracia como tantos otros… pero… ¿¿nada más??
No nos conformamos con decir que es una más.
Queremos darle identidad a Otoño, como a cada uno de nuestros 30.000 desaparecidos en dictadura, como a cada uno de los desaparecidos en democracia.
Apropiarnos de cada una de sus historias es una forma de darles identidad y mantener la memoria viva para que no permitamos que se repitan las desapariciones
Estamos convencidos que la calle es el espacio de lucha por justicia y una forma más de construir la memoria; debido a que cuando exigimos justicia por cada uno de los 30000 desaparecidos, el estado nos respondió 32 años después con juicios burgueses que favorecieron y protegen a los genocidas; cuando exigimos justicia por cada persona desaparecida por las redes de trata, el estado nos responde inventando una ley que beneficia a todos los actores que sostienen estas redes.
Esto es una muestra más de la forma ligera con la que el estado simula atender los reclamos por justicia de las problemáticas sociales que se arrastran por años.
Esta es la mejor forma de silenciar, conformar y de perpetuarse en el poder.
Pero… ¿a quiénes silencian? a los que siguen creyendo que el sistema puede dar una respuesta,
¿Quiénes se conforman? la opinión pública que se hace eco de los dichos de los medios de comunicación
¿Por qué se perpetúan en el poder? porque mantienen la obsecuencia con el poder económico, sosteniendo y garantizando una estructura social donde reina la impunidad.
Por eso HIJOS sigue construyendo una justicia no entre paredes de juzgados sino en la calle, una justicia que no permite la impunidad, una justicia que grita:
Ni olvido ni perdón
Justicia popular
Si no hay justicia, hay escrache.

Desaparecido en Chubut: la madre de Iván Torres evalúa encadenarse en la Gobernación


Foto: Diario Clarín
Por Puerta E
María Millacura espera que, de esa manera, los medios de comunicación se hagan eco de su reclamo de Justicia. El 2 de octubre pasado se cumplieron seis años de la detención, secuestro y desaparición del joven comodorense. “Nadie me dio una respuesta, es todo una masa de mentiras, engaños y falsedades”, afirmó

María Millacura ya no siente dolor. Tiene rabia, mucha rabia, toda la rabia que puede caber en una madre que pasó los últimos seis años golpeando cientos de puertas, implorando, reclamando, exigiendo que le devuelvan a su hijo, pero que se lo devuelvan con vida, que se lo devuelvan como se lo llevaron. En estos 72 meses María hizo de todo: recurrió a los medios, organizó marchas, movilizaciones y, en tres oportunidades, estuvo viviendo en la seccional primera de Comodoro Rivadavia donde Iván Torres, su hijo de 25 años, fue visto por última vez.

En marzo de 2008, María volvió a dejar su casa para mudarse a la comisaría. Se instaló en los pasillos, adentro de una caja de cartón, y pasó allí los últimos 19 meses. Pero no pasó nada. Iván sigue sin aparecer. Ya casi nadie habla del tema, pero María no descansa y delinea nuevas formas de hacer visible su reclamo.

“Pienso encadenarme en la Casa de Gobierno de la Provincia y en la Nación”, adelantó María, la semana pasada, en una charla que mantuvo con los conductores del programa “Señal de Ajuste”, que se emite por Radio Disco (107.1) de Esquel. “Estoy esperando que pase un poquito el frío pero yo me voy a encadenar, así puede ser que los medios puedan sacar (el tema) un poco más”, completó.

El 2 de octubre pasado se cumplieron seis años de la detención, secuestro y desaparición forzada de Iván Torres. María recuerda que cuando el actual gobernador Mario Das Neves asumió su primer mandato la visitó en la comisaría. “Yo estaba por primera vez asentada en la Primera y me fue a decir que él no iba a tener policías corruptos, que el caso de mi hijo se iba a resolver”, dice la mujer, tras lo cual aclara: “pero ya de esto pasaron seis años y todavía él no ha resuelto nada, ni me quiere hablar; hace tres años él me dio vuelta la cara y no me quiere hablar y de la Provincia ninguno me quiere hablar”.

María cree que en este país no existe una verdadera defensa de los derechos humanos. “Nadie me dio una respuesta, es todo una masa de mentiras, engaños y falsedades”, afirma la mujer.

En estos seis años, el ánimo de María fue cambiando: “Ya la angustia la superé, lo que ahora me queda es una rabia que me siento como una leona que ruge en la selva, porque yo no voy a dejar a Iván desaparecido, yo voy a luchar para que a mi hijo me lo devuelvan, porque a mi hijo no se lo tragó la tierra”, recalca.

La denuncia por la detención, secuestro y desaparición de Iván Torres fue presentada hace un año ante las Naciones Unidas. María deposita ahora todas sus esperanzas en la Justicia Internacional. Mientras tanto planea realizar una nueva movilización en noviembre. El pedido de Justicia no tiene que decaer. “No estamos reclamando una calle o una casa, estamos reclamando la vida, que es lo más apreciado en el mundo entero: es la vida de un ser humano, de un joven y hay una mamá que no descansa”, finaliza.